La esencia de Valdivia de Paine, está en su rica vida de pueblo, con dejos de historia que no se han perdido. Uno de sus atractivos es la iglesia Virgen del Rosario, que data de 1830. Aún se conservan en la entrada algunas piedras usadas en el molino de molienda de oro, que dejó de funcionar hace más de 100 años. Este edificio, si bien tiene una reparación desde el último terremoto, conserva la estructura y su forma original. Podríamos decir que el turista ve casi lo mismo que vio el antiguo campesino.
La importancia de esta iglesia está dada por el patrimonio tangible e intangible que representa y que ha sido transversal en la historia del pueblo.
En este lugar surgió la única tradición que se ha mantenido en el tiempo: las bellas misiones que, desde sus inicios, se han hecho en octubre. Dentro de ellas, se celebran primeras comuniones y confirmaciones, en una celebración que dura 1 semana. culminanando con la procesión de la Virgen del Rosario por las principales calles, acompañada de gran muchedumbre y huasos a caballo. Vienen cofradías de bailes religiosos de muchos lugares y prácticamente todo el pueblo, católicos y no católicos, se agolpan en las calles ante su paso y le rinden honores. Los valdivianos adornan sus casas con flores y coronas. También las calles lucen guirnaldas de papel a modo de arcos. Los bomberos forman un maderamen con sus escaleras y cuando pasa la Virgen le arrojan pétalos de rosas y hacen tocar la sirena del cuartel.
Ésta es la fiesta más grande que tiene el pueblo y tal es la devoción por su patrona.
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